Seguimos escudriñando el monte :)

Una de las acciones más divertidas para recuperar el Camiño de Ignacio Taverneiro es la investigación sobre el terreno del trazado de los caminos antiguos. Para ello hay que recorrer miles de metros cada jornada y a veces por zonas tan cerradas de maleza que es muy complicado decidir si es mejor seguir hacia delante o regresar y volver a sufrir el «ataque» de la vegetación. Pero cuando el esfuerzo se ve recompensado por el hallazgo de un tramo de calzada empedrada como el de la primera foto, todo ha valido la pena; tanto la investigación previa como los pinchazos sufridos.

El musgo y lo inaccesible de la zona certifican que no es nada frecuente que los animales de dos patas que no tenemos alas pisemos en la actualidad estas piedras; pero la estampa deja claro que hace muchos años esto no pasaba.

El sudor que conllevó la construcción de este firme solo se justificaba con la previsión de un uso constante.

Sin duda estamos en el camino correcto, otra cosa es que logremos salvar los obstáculos (propiedad, desbroce y burocracia) para incorporar estos tramos al itinerario que marcamos para los actuales peregrinos.